MARINERA Y CULTURA

La marinera se ha convertido en el transcurso de los años como parte de la cultura liberteña, no solo por la tradición que se celebra todos los años que son los Concursos Nacionales, sino por su evolución que ha tenido desde sus inicios y como los organizadores han ido innovando más cosas con respecto a los concursos.

Nuestra cultura liberteña no solo la generamos nosotros sino también los turistas, ya que para este gran evento llegan un aproximado de 36,500 turistas a la Capital de la Primavera, para asistir a dichoso evento, entre ellos contamos con parejas participantes llegados de distintos países del mundo tanto latinoamericanos como europeos lo que hace de la cultura sea rica en turismo; y lo cual este turismo dejara un promedio de 17 millones de soles que provendran de los sectores hoteleros, consumo en restaurantes y centros de entretenimiento y agencias de turismo, que quiere decir esto, que los turistas no solo aprovechan a venir al evento ya mencionado sino que aprovechan un poco de su tiempo para visitar complejos arqueológicos que hay en nuestra ciudad, disfrutar la variedad de gastronomia que posee Trujillo, entre otros.

Es una cultura viva porque alimenta también otros ámbitos como la ropa y accesorios. Toda una industria de cosido, bordado, tejido de sombreros, joyería pasan a formar parte de la estructura simbólica visual de la marinera y que al ojo no entrenada le puede parecer todo igual. De la misma manera la gente puede pensar que la música puede ser la misma siempre, sin saber que cada año hay nuevos temas y que, estilísticamente, la Concheperla es muy distinta de Así Baila Mi Trujillana. Y es que este baile, patrimonio cultural de la nación, es cultura viva en el sentido de que no es estática y alimenta otras áreas de alrededor de este. La marinera es, y debe seguir siendo, el centro de nuestra peruanidad pues es un elemento unificador, aglutinante, en todos los niveles.